miércoles, 19 de septiembre de 2012

LOS TRES CERDITOS
 
 
Érase una vez, había una cochina que tenía tres cochinitos. Los tres cochinitos crecieron tanto que su mamá les dijo— Son demasiado grandes para vivir aquí más. Deben ir y construir sus propias casas. Pero tengan cuidado que el lobo no les alcance. — Los tres cochinitos salieron juntos. —Tendremos cuidado que el lobo no nos alcance — le dijeron.


Pronto se encontraron con un hombre que llevaba paja. — ¿Por favor puede darme paja? —preguntó el primer cochinito. —Quiero construir mi propia casa. — Por supuesto— dijo el hombre, y le dio la paja. El primer cochinito construyó su casa con la paja y estaba muy contento con ella. Dijo — ¡Ahora el lobo no me alcanzará para comerme!


El segundo cochinito y el tercer cochinito siguieron caminando en la calle. Pronto se encontraron con un hombre que llevaba palos. — ¿Por favor puede darme algunos palos? — preguntó el segundo cochinito. —Quiero construir mi propia casa. —Por supuesto— dijo el hombre, y le dio unos palos. Luego el segundo cochinito construyó su propia casa de palos. Estaba más fuerte que la casa de paja. El segundo cochinito estaba muy contento con su casa. Dijo — ¡Ahora el lobo no me alcanzará para comerme!


El tercer cochinito caminó solo a lo largo de la calle. Pronto se encontró con un hombre que llevaba ladrillos. — ¿Por favor puede darme unos ladrillos? — preguntó el tercer cochinito. —Quiero construir mi propia casa. — Por supuesto— dijo el hombre, y le dio unos ladrillos. Luego el tercer cochinito construyó su propia casa. Tardó mucho tiempo en construirla, y era una casa bien fuerte. El tercer cochinito estaba muy contento con ella. Dijo — ¡Ahora el lobo no me alcanzará para comerme!


Al día siguiente, el lobo llegó. Se acercó a la casa de paja del primer cochinito. Cuando el primer cochinito vio al lobo, corrió al interior de su casa y cerró la puerta. El lobo tocó a la puerta y dijo—


—Cochinito, cochinito. ¡Déjame entrar!
— ¡No, no! — dijo el cochinito, —¡Nunca te dejaré entrar!
— ¡Entonces, soplaré y resoplaré, y derrumbaré la casa! — dijo el lobo.


Sopló y resopló y sopló y resopló. El lobo derrumbó la casa de paja, y comió al primer cochinito.


Al día siguiente, el lobo caminó a lo largo de la calle y llegó a la casa de palos del segundo cochinito. Cuando el cochinito vio al lobo, corrió al interior de su casa y cerró la puerta. El lobo tocó a la puerta y dijo—


—Cochinito, cochinito. ¡Déjame entrar!
— ¡Entonces, soplaré y resoplaré, y derrumbaré la casa! — dijo el lobo.


Sopló y resopló y sopló y resopló. El lobo derrumbó la casa de palos, y comió al segundo cochinito.


Al día siguiente, el lobo caminó más alla y llegó a la casa de ladrillo del tercer cochinito. Cuando el cochinito vio al lobo, corrió al interior de su casa y cerró la puerta. El lobo tocó a la puerta y dijo—


— Cochinito, cochinito. ¡Déjame entrar!
— ¡No, no! — dijo el cochinito — ¡Nunca te dejaré entrar!
— ¡Entonces, soplaré y resoplaré, y derrumbaré la casa! — dijo el lobo.


Sopló y resopló y sopló y resopló. Pero no derrumbó la casa de ladrillo.


El lobo se enojó mucho. Dijo — Cochinito, voy a comerte. Bajaré por tu chiminea para alcanzarte. — El cochinito estaba muy asustado pero no dijo nada. Puso una olla grande de agua sobre el fuego. El lobo subió al techo, luego bajó por la chiminea. El cochinito sacó la tapa de la olla, y cuando el lobo salió de la chiminea, ¡se cayó en la olla con un gran chapoteo! Eso fue el final del lobo.

                                           



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